jueves, 20 de junio de 2013

Adversus Testigos de Jehová: ¿Es Cristo Dios?

Buenos días,

Hace poco me topé con unos testigos de Jehová, hablamos de varias cosas y quedamos en hablar de la divinidad de Cristo. A continuación les presento un pequeño cuadro que preparé, me basé en una entrada de la página 4jehova.org, ahí se mencionaban las citas y yo las preparé escritas en un cuadro. Les di la tabla a las señoras que quedaron de verme y terminaron diciendo que ellos sí creían que Jesús era divino y que era Dios pero que era inferior en esa divinidad al Padre. En fin...

Las citas fueron tomadas de la Biblia de Jerusalén.

ATRIBUTO
DIOS
CRISTO
Lo sabe todo
(1 Jn 3,20) Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.
(Jn 16,30) Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios.
Conoce los corazones
(1 R 8,39) sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres.

(Jr 17,9-10) El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce? Yo, Yahveh, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras.
(Jn 2,24-25) Pero Jesús no se confiaba a ellos porque los conocía a todos y no tenía necesidad de que se le diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que hay en el hombre.
(Ap 2.18.23) Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso. [...] Y a sus hijos, los voy a herir de muerte: así sabrán todas las Iglesias que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y yo os daré a cada uno según vuestras obras.
Santifica
(Ex 31,13) Yo, Yahveh, soy el que os santifico.
(1 Co 1,30) De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención.
Es nuestra justicia
(Jr 23,6) «Yahveh, justicia nuestra.»
(1 Co 1,30) De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención.
Inmutabilidad
(Ml 3,6) Que yo, Yahveh, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis nunca.
(Hb 13,8) Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo, y lo será siempre.
Nombre divino
(Is 42,8) Yo, Yahveh, ese es mi nombre, mi gloria a otro no cedo, ni mi prez a los ídolos.

(Ex 3,14) Dijo Dios a Moisés: «Yo soy el que soy.» Y añadió: «Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a vosotros.»

(Jn 16,15) Todo lo que tiene el Padre es mío.

(Jn 8,24) Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.»

(Jn 8,28) Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.


(Jn 8,58)Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.»

(Jn 18,6) Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra.

Salvación en su Nombre
(Jl 3,5) Y sucederá que todo el que invoque el nombre de Yahveh será salvo,

(Hch 2,21) todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
(Hch 2,36) «Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.»
Poderoso
(Is 10,20-21) Aquel día no volverán ya el resto de Israel y los bien librados de la casa de Jacob a apoyarse en el que los hiere, sino que se apoyarán con firmeza en Yahveh. Un resto volverá, el resto de Jacob, al Dios poderoso.

(Is 9,5-6) Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz». Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso.
Alfa y Omega
(Ap 1,8) Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, «Aquel que es, que era y que va a venir», el Todopoderoso.
(Is 44,6) Así dice Yahveh el rey de Israel, y su redentor, Yahveh Sebaot: «Yo soy el primero y el último, fuera de mí, no hay ningún dios.
(Ap 22,13.16) Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin. [...] Yo, Jesús, he enviado a mi Angel para daros testimonio de lo referente a las Iglesias.
(Ap 1,17-18) Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto. El puso su mano derecha sobre mí diciendo: «No temas, soy yo, el Primero y el Ultimo, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Hades.
Piedra de tropiezo
(Is 8, 13-14) A Yahveh Sebaot, a ése tened por santo, sea él vuestro temor y él vuestro temblor. Será un santuario y piedra de tropiezo y peña de escándalo para entrambas Casas de Israel; lazo y trampa para los moradores de Jerusalén.
(1 P, 7-8) Para vosotros, pues, creyentes, el honor; pero para los incrédulos, la piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido, en piedra de tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella porque no creen en la Palabra; para esto han sido destinados.
Juez
(Salmo 98,8-9) los ríos baten palmas, a una los montes gritan de alegría, ante el rostro de Yahveh, pues viene a juzgar a la tierra; él juzgará al orbe con justicia, y a los pueblos con equidad.
(Jr 17,10) Yo, Yahveh, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras.
(Jn 5,21-22) Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,
(Ap 2.18.23) Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como llama de fuego y cuyos pies parecen de metal precioso. [...] Y a sus hijos, los voy a herir de muerte: así sabrán todas las Iglesias que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y yo os daré a cada uno según vuestras obras.
Señorío
(Dt 10,17) Porque Yahveh vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;
(Ap 17,14) Estos harán la guerra al Cordero, pero el Cordero, como es Señor de Señores y Rey de Reyes, los vencerá en unión con los suyos, los llamados y elegidos y fieles.»
Salvador
(Is 45, 21) No hay otro dios, fuera de mí. Dios justo y salvador, no hay otro fuera de mí.
(Tt 3,4) Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres,
(Is 43,11) Yo, yo soy Yahveh, y fuera de mí no hay salvador.

(Tt 2,13) aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;
(2 P 1,1) Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.
Toda rodilla se doblará
(Is 45,22-24) Volveos a mí y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro. Yo juro por mi nombre; de mi boca sale palabra verdadera y no será vana: Que ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua jurará diciendo: ¡Sólo en Yahveh hay victoria y fuerza! A él se volverán abochornados todos los que se inflamaban contra él.
(Flp 2,9-11) Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.

DIVINIDAD
(Is 45,22) Volveos a mí y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro.
(Jn 1,1.14) En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. [...] Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

(Tt 2,13) aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;


(2 P 1,1) Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.

(Rm 9, 3-5) Pues desearía ser yo mismo anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza según la carne,- los israelitas -, de los cuales es la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas, y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.

(Col 2,9) Porque en él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente,